MEDICINA
Enfermedad ósea que se caracteriza por una disminución de la densidad del
tejido óseo y tiene como consecuencia una fragilidad exagerada de los huesos
Existen múltiples factores que inciden en este proceso de reducción de la
densidad ósea, algunos podemos modificarlos y son estos sobre los que vamos a
hablar de manera práctica y sencilla
Factores de Riesgo
Modificables:
- Alcohol: Las bebidas alcohólicas, en un consumo elevado producen daño en el
hígado, este órgano es el que sintetiza la vitamina D un componente esencial
para la formación de los huesos.
-Tabaquismo: El tabaco cierra microarterias de los huesos
por lo que se altera la circulación y esto genera reducción de la densidad de
la masa ósea.
-El índice de masa
corporal (IMC): este podría asociarse con riesgo de OP. Los individuos con bajo IMC
tienen escasos depósitos de grasa corporal y menores niveles de estrógenos, que
son los que previenen la pérdida del tejido óseo.
-Mala alimentación: los malos hábitos alimenticios como el
consumo excesivo de grasas, azúcares, cafeína y la mínima ingesta de vitamina D
pueden propiciar la aparición de esta enfermedad. No es difícil llevar una
dieta de prevención pues la mayoría de las vitaminas y minerales que se
necesitan se encuentran en lácteos, frutas, verduras y algunos cereales.
-Escaso ejercicio: el descenso en la actividad física favorece la pérdida de masa
muscular, la cual se sustenta en el hueso, al disminuir esta, afecta
significativamente a la pérdida de densidad ósea así como a la pérdida de
movilidad, equilibrio, coordinación… factores que intervienen para limitar las caídas, que también juegan un
papel importante en las fracturas óseas durante la etapa de envejecimiento.
Se sigue estudiando mucho sobre qué tipo de ejercicios son los más convenientes,
pero algo se puede subrayar como cierto y es la necesidad de un ejercicio
adaptado al nivel del individuo, la progresión y con un objetivo de mejora
global de salud, mejora de fuerza, coordinación, equilibrio…
-De cara a qué ejercicios realizar:
La ciencia nos dice que los ejercicios de impacto como el correr, saltar... son muy convenientes así como el trabajo de fuerza.
-El de impacto lo voy a poner entre comillas según la persona y el estado de densidad ósea que presente, siendo en casos de un proceso de degeneración importante más recomendable empezar por una actividad de menor impacto pero que al mismo tiempo trabaje la musculatura, equilibrio y coordinación, como andar, nadar... pudiendo con el tiempo pasar a actividades de mayor impacto como las citadas.
-El trabajo de fuerza si o si, desde luego en progresión, pero mejorando nuestra fuerza, la tensión mecánica sobre el hueso para favorecer su regeneración así como equilibrio y coordinación al corregir desequilibrios musculares
-Baja ingesta de
calcio en la dieta y Deficiencia de vitamina D:
Es necesario para que el corazón, los músculos y los nervios funcionen
debidamente, y también para la coagulación de la sangre. La insuficiencia de
calcio contribuye de manera considerable al desarrollo de la osteoporosis. Se
han publicado muchos estudios que indican que el consumo inadecuado de calcio
durante toda la vida está relacionado con la disminución de la densidad ósea y
con un alto índice de fracturas.
Vitamina D
El cuerpo necesita
vitamina D para absorber el calcio. Sin suficiente vitamina D, no podemos
producir cantidades suficientes de la hormona calcitriol (conocida como la
“vitamina D activa”), lo que causa que no se absorba suficiente calcio de los
alimentos. Cuando ocurre esto, el cuerpo se ve obligado a movilizar las
reservas de calcio depositado en el esqueleto, lo que debilita el hueso
existente e impide la formación y el fortalecimiento de hueso nuevo y fuerte.
De cara a una buena
alimentación rica en calcio y vitamina D no hay que hacer milagros, sino llevar
un régimen variado y saludable, con presencia de carnes, pescados ricos en Omega-3,
verduras, legumbres, patatas, arroz, lácteos, cereales, frutas… nada que salga
de lo que conocemos y tomamos de manera regular, evitando los fritos,
procesados… alimentos de baja calidad y poco aporte nutritivo
Una vida saludable,
con ejercicio regular, buena alimentación, un buen tono muscular, evitando
excesos de alcohol y tabaco puede ayudarnos a prevenir y/o mejorar la
osteoporosis, más a tener en cuenta en
edades avanzadas y post menopausia
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